El Parlamento, dicen, que es la representación de la voluntad popular expresada en las urnas. El gobierno, expresión de las mayorías conformadas, pero representante de la ciudadanía de la que recibe un mandato, ejerce el poder ejecutivo, poder que sólo encuentra su sentido, en una democracia, en la medida que emana de un mandato popular. Representa por tanto a las personas. A las personas que depositan su voto cada cuatro años. O lo que es lo mismo, a las personas físicas que ejercitamos tal derecho. Es decir, a los ciudadanos sin los cuáles la noción de Estado, no existe. Pero todos sabemos que en el lenguaje jurídico existen las llamadas personas jurídicas, entendiendo como tales a las diversas agrupaciones, asociaciones, corporaciones o instituciones a las cuales el orden jurídico les concede personalidad, es decir las considera en posibilidad de ser relacionadas con derechos y obligaciones; grupos de interés, económico, privado, público...etc.
Hoy, las personas físicas son deshauciadas.
Hoy, las personas físicas ven reducidos sus derechos laborales.
Hoy, las personas físicas ven como se recorta el derecho a la sanidad y a la educación.
Hoy, las personas físicas, vemos como somos despojados de cuantos derechos habíamos adquirido con nuestras luchas en el útimo siglo.
Hoy, los Bancos son rescatados con dinero público.
Hoy, a inmobiliarias y constructoras se les concede la dación en pago.
Hoy, las empresas eléctricas regulan nuestro mercado eléctrico en su propio interés, con la connivencia del gobierno.
Hoy, las petroleras, mantienen precios abusivos, ante la pasividad de las instituciones.
Hoy, las personas jurídicas, públicas y rentables, son privatizadas.
Hoy, las personas jurídicas, privadas y ruinosas, son nacionalizadas.
Estamos en una pais, dónde las personas jurídicas han pasado ser sujetos de ciudadanía, mientras las personas físicas hemos sido despojados de la misma. Vivimos en una Corporación. Vivimos en España, S.A.
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