lunes, 7 de junio de 2010

¿CRISIS DE REPRESENTATIVIDAD?

Mañana, día 8 de Junio, tiene lugar la huelga convocada por los sindicatos en la administración pública contra los recortes introducidos por el gobierno en materia de pensiones y sueldos de los funcionarios. A día de hoy, soy escéptico acerca del seguimiento que la misma pueda tener. Y no, porque la convocatoria carezca de fundamento. Lo cierto es que las razones para la movilización no provienen de fechas recientes. El giro que el gobierno había dado a su política ya debiera haber causado algun que otro enfrentamiento con las centrales sindicales. De todos es sabido que este no se ha producido.

Aquí arranca una cuestión que no por incómoda, acaso no podemos dejar de pasar por alto. ¿En qué se parece el sindicato de 1979,1980... al sindicato actual? ¿Cuánto de "conducta ejemplificadora" queda en muchos de nuestros delegados sindicales? El sindicato ha ido engordando al mismo ritmo que la administración: ha engordado en personal, ha engordado en gastos, ha engorgado en burocracia, ineficacia, ineficiencia e incluso en algunos casos connivencia con determinados sectores. Todos conocemos alguna figura sindical bastante parecida a esta descipción. Pululan por nuestras oficinas, defienden siglas que representan intereses colectivos en los que no creen para no pocas veces medrar personalmente. Sería injusto generalizar este comportamiento, del mismo modo que es injusto no reprenderlo y ser complaciente con el mismo.

Todo ello afecta a la columna vertebral de los intereses de los trabajadores, por cuanto éstos, no se sienten representados por las nuevas "élites sindicales". Podríamos decir que, muchas horas sindicales, pero pocas de trabajo productivo; mucha formación sindical, pero poco compromiso obrero, muy alejados de los centros de trabajo.

Es por eso, que a fuerza de poder ser duramente contestado por ello, soy escéptico en cuanto al resultado de la movilización de mañana y de futuras convocatorias que se avecinan. En las causas aludidas, habría que buscar un posible fracaso. Sí, la sociedad está dormida, ¿pero quién ejerce de sedante?.

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