domingo, 20 de junio de 2010

ESTRUCTURAR LA ALTERNATIVA

Estamos llegando demasiado lejos. ¿Hasta cuando los ciudadanos aguantaremos el enésimo engaño? 
Nos venden que lo importante es que estabilicemos la deuda. Nos dicen que es más importante que crear empleo. ¿Es eso cierto? ¿Es así para los casi cinco millones de desempleados de este país? 
El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, las agencias de des-“calificación”, a cuyos dirigentes ningún ciudadano elige, instituciones independientes o de carácter estrictamente privado (Fitch, Moodys, Standard and Poor’s), que si por algo se han caracterizado en esta crisis es por el fracaso de su gestión, son los que dirigen hoy las directrices de nuestra economía. Nuestro gobierno, títere, obedece fielmente sus recomendaciones. 
En este contexto se hace necesario recuperar la calle. Y no, no hablo de secundar huelgas., sobre todo si tienen el riesgo de fracasar estrepitosamente, haciendo flaco favor a quienes presuntamente se defiende. En mi anterior entrada (Crisis de representatividad, junio 2010), dejo bien a las claras lo que pienso sobre este tema. Hace falta superar el marco tradicional. Hace falta buscar nuevos vehículos para reconducir la situación. Hemos de construir una nueva alternativa. 
Nuestras, son las redes sociales. Nosotros las hemos creado, las hacemos libres. Somos capaces de organizar un macrobotellón en Granada, pero… ¿somos in-capaces de organizar la contestación social ante la mayor carga antisocial contra la ciudadanía de los últimos tiempos? 
Hoy, la batalla, no se dirime contra el burgués. Déjemos ya esa retórica marxista que nos aleja del común.  Estaría bien que alguien reescribiese "El Manifiesto" y lo bajase al lenguaje de la cola del paro.

Expliquemos claro quiénes son los que hoy cierran el paso a la recuperación. Digamos que son los bancos que hemos salvado con dinero público, los que contratan a las agencias de des-“calificación” que luego ponen nota a la deuda soberana de los estados. Digamos que ninguna de esas instituciones supo predecir la crisis, y lo que es peor, desconoce la salida de la misma. Digamos que esas mismas agencias que hoy des-califican la deuda de España, Grecia, Portugal…son las que antes empaquetaron las hipotecas basura en Estados Unidos con una “AAA” extendiendo el virus a los bancos europeos que, en su codicia, ejercieron de eficientes neurotransmisores. Que una vez convenientemente socializadas sus pérdidas hoy, las estamos pagando los ciudadanos con recortes en pensiones, salarios públicos, abaratameinto del despido… 
Seamos didácticos. Recojamos esa marea de descontento, transformémosla: en lo político, en lo económico, en lo social. No tengamos miedo de remover los pilares. Reconstruyamos el edificio. Estructuremos una nueva alternativa.

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