miércoles, 12 de mayo de 2010

ALGO DEBE CAMBIAR

"El tiempo y el desengaño, 
son dos amigos leales,
que despiertan al que duerme,
y enseñan al que no sabe."
Antonio de Trueba "El Libro de los cantares"

              Si uno no creyese en la democracia, sería para preguntarse ¿cuál es el sentido de la misma a principios del siglo XXI?

Si la la democracia es una forma de gobierno, de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad a los representantes, ¿Por qué los representantes se arrogan la posibilidad de hacer y deshacer aquello que crean conveniente contradiciendo aquellos preceptos y programas respecto a los cuales deben su legitimidad?

Hoy, esta pregunta viene a cuento por dos noticias que se han suscitado:
  1. El anuncio por parte del gobierno del estado del recorte de los sueldos de los funcionarios y de las pensiones de jubilación.
  2. El pleno que sobre la privatización del agua se celebra hoy, en el ayuntamiento de Castrillón.
No, no quiero extenderme sobre ambas cuestiones. Si en cambio, hacer unas pequeñas reflexiones, que susciten el debate y los comentarios.
Respecto a la primera de las cuestiones, si la democracia no defiende los intereses de los ciudadanos de un estado, ¿no estamos ante una democracia imperfecta? ¿Acaso es legítimo que aquellos que suscitan la mayor crisis económica de la historia desde 1929 sean quienes ahora nos marquen el camino de su salida? ¿Acaso es legítimo que mientras los directivos de la banca se jubilan con cantidades indecentes nuestros jubilados pierdan poder adquisitivo? ¿Es normal que sea cual sea el origen de las sucesivas crisis económicas su solución siempre sea la misma, o por el contrario nos estaremos equivocando con esas supuestas soluciones? ¿Es legítimo que el mercado financiero (origen del problema) ponga de rodillas el bienestar de los ciudadanos de parte de europa basándose en que lo importante no es crecer sino la estabilidad de las deudas para que así ellos puedan seguir funcionando como siempre? Si todo esto es así, debemos de cambiar nuestras democracias, puesto que actúan contra el interés de sus soberanos, los pueblos.

Respecto a la segunda cuestión: Si el actual grupo socialista en el ayuntamiento de Castrillón, concurrió a las elecciones municipales tras haberse manifestado en contra de la privatización en la gestión del agua, reclamando el voto de sus ciudadanos, ¿Por qué ahora se une al Partido Popular para hacer justo lo contrario? Si los argumentos antes eran que se produciría un subida en el precio de su distribución que encarecería el servicio para el ciudadano ¿por qué ahora esos argumentos ya no son válidos? ¿Mintieron para llegar al poder?



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