lunes, 16 de abril de 2012

EL MENU DE IZQUIERDA UNIDA



Una de las acepciones que en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua se da a la palabra “proyecto” es, “primer esquema o plan de cualquier trabajo que se hace a veces como prueba antes de darle la forma definitiva”.

Cuando pienso en Izquierda Unida –la de Asturias, hoy- imagino su arquitectura, la de su proyecto. Como fuerza de la izquierda, transformadora como tanto nos gusta repetir, sus bases deberían descansar sobre la participación, la elaboración colectiva y el debate en torno a unos intereses comunes pero universales. Intereses que de una manera u otra compartimos quienes nos organizamos en torno a ella.

Volvamos al Diccionario de la RAE. Una de las acepciones del mismo respecto a la palabra “interés” es, “ventajas, no siempre legítimas, de que gozan varios individuos, y por efecto de las cuales se establece entre ellos alguna solidaridad circunstancial que puede oponerse a alguna obra de justicia o de mejoramiento social”. Vuelvo a pensar en Izquierda Unida -la de Asturias, hoy-.  Siento que, esta definición, sin cuestionar la legitimidad, es utilizada como ventaja para sacar adelante proyectos personales. Personales en contraposición a colectivos, en la medida en que se cocinan en mesas en las que los militantes, ya no es que no participemos, sino en las que los menús, acaso se nos dan cerrados (¿oligarquía?). A saber:

Primer Plato: Estofado de Candidatos añejos, sabor más que tradicional.
Segundo Plato: Programa de Marzo. Aliño a gusto del comensal. Se puede repetir.
Postre: Flan Pepito sobre base de acuerdo de investidura. Si alguien lo quiere con nata, puede pedirlo, pero igual no nos queda.

Tengo que confesar que los dos primeros ya me los he comido, no sin antes protestar. Protesta, que compartieron un alto porcentaje de los comensales invitados al ágape. No parece que los cocineros se hubieran hecho eco de las quejas. Mal asunto porque así, se pierde clientela. Pero somos fieles al restaurante. Seguimos yendo.

Otra cuestión es el postre. He leído estos días que, algunos protestan por su elaboración. No sé, si es que no les gusta ó que no les queda nata. O mucho me equivoco o nos lo volveremos a comer. Pero esto de  comer siempre por obligación, ya se sabe que termina por hacer aparecer malos hábitos alimenticios. Dicen los psicólogos que, si se quiere que un niño pruebe algo has de lograr que antes lo toque. Y para eso es necesario que la cocina se abra y que todos participemos en el menú. En Izquierda Unida -la de Asturias, hoy- hay muchos y buenos cocineros que ayudarían a que éste fuese mas variado, nutritivo y equilibrado, para que  no se repita. Sería bueno que los actuales responsables del catering, lo tuviesen en cuenta, porque hoy, más que nunca, los asturianos necesitamos que ésta organización política funcione de manera cohesionada donde primen los intereses del colectivo sobre los personales, donde lo fundamental sea el ciudadano, en favor del cual se liman las diferencias .  Por eso, me atrevo a pedir PACIENCIA Y OPORTUNIDAD (por oportuno), a cocineros y comensales. Un saludo.

P.D.: Evítese dirimir diferencias en prensa. Gracias.

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